sábado, 7 de abril de 2012

La nostalgia -

La nostalgia está teñida de azul y tiene muchas fragancias...
La fragancia de las lilas florecidas en el centro del jardín, del pasto recién regado, de la tierra mojada con la manguera en veranos niños.
El aroma a leña encendida en asados compartidos con los más grandes amores.
La nostalgia tiene barro en las zapatillas después de haber jugado a construir con cajones de manzanas la mejor casita en el patio, o después de improvisar un circo bajo las higueras.
Es el agujero en el estómago de la caída con un diente roto.
Es la torta con velitas debajo del parral, con el rumor de las conversaciones, las risas, las corridas, la escondida y el huevo podrido.
Huele a veranos de club, licuados y pileta. A carnavales, con disfraces de hormiguita viajera o de diablito. A siestas silenciosas con sueños obligados y desobedientes.
Tiene el sabor dulce del chocolate caliente en los cumpleaños de invierno, con "cuadraditos de limón". Y tiene el sabor de la baña cauda de la nona en mediodías helados, con la canilla del patio decorada con una estalagmita formada durante la noche.
Tiene el sonido de la lluvia, al cobijo de la cocina, y el miedo placentero al escuchar la radio con sus "Cuentos de la Vieja Abadía".
Es el tracatraca de la Singer a pedal y la nona cosiendo y enseñando a coser.
Es un montón de cacerolas sucias sobre las mesadas y los tallarines amasados y un concierto de olores bien armonizados que vuelan con los vapores, cebollas rehogadas, morrones...
Así viaja con uno la nostalgia…Una acompañante fiel, que no abandona, que nos habla con metáforas, colores y aromas de nuestra vida. Y que no permite que olvidemos quienes fuimos, testimoniando con matices brumosos una historia que no quiere morir.

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